Puede parecer un detalle menor, pero mantener la presión correcta en los neumáticos es esencial para el rendimiento del coche y, sobre todo, para tu seguridad. Los neumáticos son el único punto de contacto entre el vehículo y la carretera, y su estado afecta directamente a la estabilidad, la frenada, el consumo de combustible y la duración de las ruedas.
Seguridad en carretera
Un neumático con presión inferior a la recomendada puede deformarse, reducir la capacidad de frenado y aumentar la distancia necesaria para detener el coche. En curvas o situaciones de emergencia, también incrementa el riesgo de pérdida de control. Por el contrario, una presión excesiva reduce la superficie de contacto con el asfalto, lo que compromete la adherencia y la estabilidad.
Mayor duración de los neumáticos
Circular con la presión incorrecta acelera el desgaste de la banda de rodadura. Si la presión es baja, los flancos del neumático sufren más. Si es alta, el centro del neumático se desgasta más rápido. Mantener la presión ideal según indica el fabricante prolonga su vida útil y evita tener que reemplazarlos antes de tiempo.
Reducción del consumo de combustible
Los neumáticos desinflados generan mayor resistencia al rodaje, lo que obliga al motor a trabajar más y, por tanto, a consumir más combustible. Según estudios de organismos europeos de tráfico, conducir con una presión inadecuada puede aumentar el consumo hasta en un 5%. Es una forma sencilla de ahorrar dinero sin cambiar de coche.
Mejor comportamiento en condiciones adversas
En lluvia, nieve o al pisar zonas deslizantes, el agarre de los neumáticos es crucial. Con la presión adecuada, el dibujo del neumático puede evacuar el agua de forma más eficaz y reducir el riesgo de aquaplaning. También mejora la respuesta del vehículo al frenar o girar en situaciones complicadas.
¿Cada cuánto hay que revisar la presión?
Lo ideal es comprobarla una vez al mes o antes de un viaje largo. Es importante hacerlo siempre con los neumáticos en frío, ya que la presión puede variar con la temperatura. Y no olvides revisar también la rueda de repuesto si tu coche aún la incluye.
La presión de los neumáticos no es solo una cuestión de mantenimiento: es un factor directo de seguridad, ahorro y eficiencia. Un gesto tan simple como revisar la presión regularmente puede evitar sustos en carretera y prolongar la vida útil de tus ruedas y tu coche.
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